A simple vista parece un consejo ambiguo por entender, pero solo es requerido un poco de práctica en fotógrafos principiantes y avanzados para obtener buenos colores que se acercan al blanco puro. En esta ocasión, te presentamos los detalles sobre el balance de blancos y cómo ajustarlo a tu medida conveniente.
Existen dos modalidades para probar el balance de blancos: manual y automático. El primero es favorable para controlar a nuestro modo cómo va a mejorar la temperatura de color, mientras que el segundo solo realiza un aproximado a la fuente de luz natural que enfoca el lente. Sin más preámbulo, pasemos a conceptos importantes.
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¿Qué es?
Es un ajuste que está instalado en la mayoría de las cámaras para trabajar con eficiencia la temperatura de color. Con decir eficiencia implica el gusto de cada persona por obtener buenos resultados con tonos que no sean muy cálidos y mucho menos, fríos.
La luz natural es la fuente primaria en la mayoría de las fotografías, pero eso no significa que el blanco sea tan fidedigno como esperamos. En algunos casos, los sensores que no están adscritos en la gama alta de las cámaras, no captan el matiz blanco con la precisión que emana la fuente de luz primaria.
Los escenarios tienden a variar, por consiguiente la luz también es cambiante. Si estamos en exteriores con condiciones distintas a la natural o son más de dos fuentes mixtas, las imágenes resultantes tendrán tonalidades que quizá no nos convenzan para publicar en redes sociales o ser impresas para portarretratos.
El balance de blancos es primordial para evitar la calidez o frialdad en exceso de las fotografías. Son efectos que pasan por debajo de la mesa, dejando muy lejos la realidad de las tomas. Por fortuna, son parámetros ajustables para mejorar la pureza del color.
La capacidad del ser humano para captar luz no natural es un éxito rotundo. No podemos afirmar lo mismo de las cámaras porque presentan ese déficit de recoger un tono más dominante de lo transmitido por la fuente de luz principal. Acá aplica el dicho de “parece, pero no es”, porque las tonalidades transmitidas no son los mismas en un margen de ligero al amplio.
Relación con temperatura de color
Ambos conceptos están relacionados entre sí, cuya diferencia implica en su medición. La temperatura de color traduce en Kelvin, su unidad mínima, con la cual los fotógrafos tendrán un estimado de cuántos K necesita para que sus gráficas estén cálidas, frías o con blancos que alcancen un estado de pureza.
El Kelvin es una propiedad física de la luz que es importante comprender. Por ejemplo, 5500 K es lo deseado para que el balance de blancos ejerza un buen papel. Ahora, hay extremos notables como el fuego de una vela, oscilando entre 1000 K-3500 K ¿Qué significa eso? Temperatura de color muy cálido.
Hacia el otro extremo encontramos los tonos fríos con tintes intensos de azul, superando con facilidad la barrera de 10000 K, cuyo ejemplo base es un cielo despejado a cualquier hora del día.
Una vez que balance de blancos y temperatura de color trabajan a la par, puede ser contradictorio teniendo en cuenta un modo automático porque el sensor recoge por su cuenta la temperatura ideal para tus fotos. Ahora bien, si quieres el efecto frío, debes elegir una temperatura cálida para lograr este escenario ¿Muy curioso, no?
¿Cómo ajustarlo?
Para hallar una realidad que asemeje lo visto por nuestros ojos es importante hacer una configuración genial de las cámaras. No es tarea fácil porque con varios intentos la persona no quedará del todo conforme. Con ayuda del balance de blancos manual podremos lograrlo sin problema.
Modo automático (AWB)
Es la configuración por defecto en todas las cámaras. El sensor de forma independiente trabaja en cuál es la mejor temperatura de color para las fotos. De ser así, las mediciones establecidas oscilan de 3200 K hasta 6500 K aproximadamente. Son cifras estándar, bastante cercanas a lo ideal, aunque los expertos no se quedan con las primeras fotos por la misma razón.
Modo semiautomático
Perfecto para trabajar en espacios con una única fuente de luz (natural o artificial). Contamos con un menú desplegado con opciones interesantes: sombras 7000 K, nublado 6000 K, flash 5500 K, sol 5600 K, fluorescente 4000 K y tungsteno 3200 K.
Para identificar con mayor destreza estas funciones, guiémonos por los ítems o íconos en el menú de las cámaras. Si vemos la nube, quiere decir que tal cantidad pertenece al renglón de nublado; si está presente el símbolo del bombillo refiere a la luz artificial que emanan los interiores; la luz fluorescente busca el efecto que genera una lámpara de este estilo.
Modo manual
Funciona de maravilla si los usuarios experimentados saben configurar sus parámetros. Es riguroso, pero efectivo para manipular la cantidad de K a conveniencia. El balance de blancos está regido por una nomenclatura en K, aunque los conocedores de fotos se dejan guiar por un estado subjetivo, sin darle relevancia a la dominancia de un color distinto al blanco puro.
Hay dos alternativas para el modo manual: carta de grises o calibración especializada de color. Las cartas están presentadas en un auténtico claroscuro del blanco puro a grises neutros (sin negros de por medio) para que el sensor reconozca inmediatamente cuál es el blanco específico para tomar fotos luminosas. La calibración es colocar el número exacto de Kelvin para procesar los resultados.
Entre otros ejemplos, el modo manual con selección de nomenclatura es ideal para los profesionales en materia. Si eligen 8000 K es porque pretenden tonos fríos semejantes al cielo azul, sin situarse por completo en este panorama. En cambio, reducirlo a una cifra inferior a 5000 K es por el deseo de retratar el atardecer sin sacrificar en demasía el color dominante por la fuente de luz.
El verdadero desafío para los fotógrafos es dilucidar cuántos K necesita una foto específica, investigar qué tipo de luz conviene más, si natural o artificial y por supuesto, el modo en que desea operar. El modo manual es el recomendado con amplitud, pero un grupo de aficionados a las fotos tendrá que analizar muy bien el valor ideal para cada evento.